Sus beneficios terapéuticos provienen de las propiedades antioxidantes del cacao, que pueden aprovecharse no sólo vía oral sino también cutánea. Y esto lo podemos ver a través de los llamados spas de chocolate o chocoterapia.
El cacao, por su alto contenido de antioxidantes, arremete contra los radicales libres y la oxigenación celular. Y al ser rico en polifenoles (catequinas, epicatequinas y taninos, todos de la familia de los flavonoides), reduce la inflamación de los vasos sanguíneos y mejora la circulación. Sus semillas son excelentes oxigenadores de los tejidos; y en acción conjunta con aditivos especiales, cumplen un papel fundamental para combatir los signos de envejecimiento. Además de su uso externo y de su sabor, su aroma tiene propiedades energizantes que estimulan el buen humor.
Los baños de chocolate se han convertido en todo un placer para las más golosas. Existe además el masaje de chocoterapia, que consiste en un masaje corporal completo con aceite al chocolate, actuando como relajante, al tiempo que revitaliza la piel, dejándola suave y ligeramente perfumada. De esta forma, se utilizan también los beneficios de la aromaterapia. Su duración aproximada es de 45 minutos.
Estos son sólo algunos ejemplos dentro de una gran variedad de posibilidades, con diferentes objetivos, duración y precio. Resulta imposible no desear darse una buena sesión de spa con estas terapias.
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